domingo, 29 de enero de 2006

Crónica I MoT

El pasado fin de semana, en Cuenca (ya sabéis, Cuenca como la cerveza; una grande y fría...) tuvo lugar la primera Mereth o Tarwendili. Es la primera reunión de Tarwe. Tarwe (cruz en quenya) es un grupo de aficionados a la obra de JRR Tolkien que además comparten su Fe católica. La mayor parte de los tarwendili somos miembros de la Sociedad Tolkien Española.

La mereth comenzó el viernes. Yo viajé desde Tremp (Lérida), y llegué un poco tarde, por lo que me perdí la bienvenida y la cena. Cuando nos juntamos en la Casa de Cristiandad, fuimos en peregrinación al santuario de la Virgen de las Angustias, donde tuvimos acto penitencial, y rezo del Rosario. Luego pasamos a besar el manto de la Virgen y fuimos obsequiados con un bolígrafo. Los amigos que habían venido de fuera, tuvieron la oportunidad de disfrutar de las maravillosas vistas de la ciudad antigua de noche. Bueno, y los conquenses también, porque yo no me canso nunca de mirar mi ciudad. Después, tras dar una pequeña vuelta para ver la Catedral y el puente de San Pablo (de San Pablo, no de los príncipes), regresamos a nuestros aposentos, donde tomamos té y café en animada conversación. Como no podía ser de otro modo, Amlach y un servidor se quedaron un rato más despiertos. Una mereth en la que se duerme, ni es mereth ni nada, jejeje.

La mañana del sábado llegó pronto, y unas extrañas voces nos despertaron. Para empezar bien el día, misa y laúdes. Tenemos nuestro “pater” particular en Tarwe. Luego copioso desayuno, con tostadas de miel. Josu Eleder nos deleitó con una “no preparada” conferencia sobre Tolkien y el catolicismo, comentando una selección de las cartas del Profesor. A la conferencia de Pablo y Tatiana no pude asistir, porque tenia obligaciones familiares. Si estoy en Cuenca, y no veo a mis padres, me matan, seguro. Por la tarde tuvimos la lectura de cuentos. Se leyeron y comentaron textos del Profesor, de CS Lewis y otros. Me encantó el cuento de los tres árboles de Tatiana. Fue muy chulo. A mitad de la lectura estuvimos un rato adorando al Santísimo. Y como buenos tolkiendili, comiendo un poco más. Y al acabar la lectura, y tras otro rato de buena conversación, a cenar. La cena de hermandad se mantuvo en los cánones de las cenas eseteeras. Brindis, canciones y risas. Lo que se come, al fin y al cabo es lo de menos. Y tras la cena, la correspondiente Noche Intemporal, exprimiendo el cancionero al máximo, y una vez agotado, a contar chistes. Olatz y Nacho nos hicieron viajar desde las costas cantábricas hasta las llanuras de Beleriand con su violín y su arpa.

Por la mañana, temprano, muuuy temprano, desayuno y paseo hasta la Catedral, donde asistimos a la misa de los canónigos. Allí también estaban mis padres, y allí me tocó separarme del grupo, porque tenia que coger pronto el tren.

Gracias a todos los que participasteis en MoT. Ha sido un fin de semana inolvidable. Hay que repetir cuanto antes. Y gracias especialmente a los Cuernavillanos que tanto trabajasteis. Yo esta vez me he escaqueado, jejeje.

Rohanolat.
Fuente: Lancero de Farnesio

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