martes, 24 de enero de 2006

Desde Cuenca

El título de este post es, siguiendo mi costumbre, polisémico. Por una parte, su sentido es bastante literal: voy a contar el fin de semana que he pasado en Cuenca (España): la Tarwë.

Nos reunimos un grupo de miembros y simpatizantes de la Sociedad Tolkien Española, a los que, además de la afición a Tolkien, nos unía nuestra fe católica. Había alguna excepción en ambos sentidos: católicos no metidos en ambientes tolkienianos, y tolkienianos que aún están buscando la Verdad, y que deseaban compartir esos días con nosotros. El ambiente fue espléndido, de lo mejor que he pasado nunca; la organización del smial de Cuernavilla (grupo local de la STE en Cuenca) absolutamente impecable; el lugar, impresionante (¡¡pero qué bonito es Cuenca!! ¿¿Cómo nadie me lo había dicho antes??)... Un precioso fin de semana en toda regla.

Las actividades fueron las que se podían esperar de un encuentro tolkieniano y católico. Comenzamos con un acto penitencial, en el que rezamos un Rosario (yo pude estrenar por fin el que me había traído una tía mía desde Tierra Santa!!), y pudimos acercarnos a confesarnos con el sacerdote que nos acompañó (el Padre Declan, un socio reciente de Cuernavilla, y uno de los grandes descubrimientos de este fin de semana!). Esto lo hicimos en la Ermita de las Angustias, un precioso paraje.

Pasamos la noche de charla, con pastitas y té (y muuuucho café); lo de "00:30 - Silencio" fue más piadoso que real; los dos días tuvimos Noche Intemporal como mandan los cánones tolkienistas :D

Por la mañana, laudes y misa, y Azaghâl, Tatiana y yo moderamos una mesa redonda sobre aspectos de la catolicidad de Tolkien, y su aplicación a nuestras vidas. Yo aprendí muchísimo de la parte de Azaghâl y Tatiana, y espero al menos haber entretenido al resto con la mía.

Lectura de pasajes completísima: fragmentos de Tolkien, Lewis, Chesterton, de la película "Juan Nadie" (que hay que ver, viendo la reseña que nos hizo Keleb-dûr)... Después Rosario, Adoración (Padre Declan, ¡al final no nos explicaste qué era "Adoración Menor"!), cena y otra noche muy relajada y divertida.

El domingo hicimos laudes en la Catedral, y aprovechamos para visitarla con el guía oficial. Interesantísimo todo: es la Catedral más ecléctica que he visto nunca. Terminamos las actividades con un debate sobre el papel de los cristianos en el mundo, y el papel de Tarwë en particular.

Una vez contado esto, paso a explicar el segundo significado del título: "Desde Cuenca" tiene también un sentido temporal. Porque una experiencia así, si es sincera, no es en vano; y si bien he contado de un modo somero las actividades, para mí ha sido una de las experiencias más serias y profundas que he tenido en muchísimo tiempo. Y me ha hecho darme cuenta de que hay aún un montón de cosas en mi vida que tengo que arreglar. Así que espero ponerme a ello, y que los frutos se vean (la confesión, en efecto, sirve para algo... aunque es dura, muy dura; que luego vengan a decir que el cristianismo es la religión de los débiles... ¡ja!).

En cualquier caso, muchísimas gracias a todos los asistentes: a todo el smial de Cuernavilla (¡María, vete reservándome una botella de Resoli en cuanto lo hagáis, ¿vale?! ;) ), a Glirhuin y su arpa (preparando Tarwe-Madrid...), a Keleb-dûr, a Juan-Luis, a Grichan (¡confírmanos la fecha de la Meren, ¿vale? y preciosas las fotos!), y a todo el resto.

Y gracias, sobre todo, al Espíritu, que sigue demostrando su sentido del humor al soplar de formas insospechadas, pero a la vez claras y concisas. Estamos en una gran Pelea, y espero demostrar ser digno de estar en sus filas.

¡Hantalë, Tarwendili!

Escrito por Eleder.
Fuente : Desde mi roble

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